Retos en España: transición laboral.
He
nacido en una ciudad que vive principalmente de un puerto y una
fábrica de automóviles. Ambos sectores son los que permiten que mi
ciudad sea sostenible económicamente.
La
automatización y robotización de los trabajos supone un cambio
drástico, una realidad ya en muchas empresas de alta producción.
Esto sin ninguna duda supone un peligro para aquellos trabajadores
poco cualificados y, son estos el principal sustento de muchas de las
familias de mi ciudad.
Las
instituciones y la sociedad deben actuar y reestructurar nuestro
modelo de Estado para adaptarnos a estos nuevos tiempos. El mundo
laboral, la educación, las ayudas a emprendedores, la investigación
deben ser la principal vía de transformación de este hecho.
En
mi entorno existe un posicionamiento general neoludista con respecto
a la robotización que impide que las máquinas y nuevas tecnologías
avancen y se introduzcan en nuestra vida diaria como sucede en muchas
otras sociedades avanzadas. Esto supone un problema.
Concretamente
en mi ciudad tenemos una de las mejores universidades en ingeniería
en ámbito nacional de la cúal salen ingenieros muy preparados,
muchos de los cuáles son hijos de estos trabajadores del sector
automovilístico. El principal problema de esta situación es que el
trabajo de los hijos entra en conflicto con el de los padres. El hijo
tiene una alta cualificación para desarrollar mecanismos para la
reducción de esfuerzos humanos y económicos para desarrollar un
mismo producto y el padre quiere negarse a estos cambios porque
supone menos trabajo para él o su pérdida.
Ahora,
no nos encontramos ante una sustitución de un trabajo por el otro
sino a un desplazamiento del trabajo, desde un puesto laboral en
España a uno en el extranjero.
Muchos
de estos ingenieros ante la falta de oportunidades laborales en el
país emigran a países más potentes tecnológicamente como Francia
y Alemania creando allí riqueza con la formación que ha adquirido
en España. La paradoja es que la robotización de la industria
automovilística que tenemos en mi ciudad corre a cargo de una
empresa franco-alemana, suponiendo por tanto un enriquecimiento de
estos países y un empobrecimiento del nuestro.
Por
ello debemos perseguir una mayor conciencia sobre la transición
laboral, no como un impedimento a la entrada de las tecnologías
en las empresas sino como un proceso de comprensión de que esto es
una realidad y por tanto, debe haber estrategia, cambios y ayudas a
esta transición.
Los
jóvenes tenemos un papel fundamental en posibilitar esta transición
y de nuestra mano debe estar el cambio de la educación para
actualizarla a la realidad de hoy, abandonar la memorización y
formar a los jóvenes como personas, seres sociales, críticos y
emprendedores, de nuestra mano está apostar y apoyar aquellas
iniciativas empresariales innovadoras que den posibilidad al
surgimiento de un futuro Google o Apple, de nuestra mano está hacer
entender que la robotización no es un ataque a nuestro estado de
bienestar sino nuestro mejor compañero de trabajo.
España
debe dejar de ser conocida como el país de sol, fiestas y playa.
Debemos mirarnos al espejo, reconocernos y dar el salto al mundo de
la innovación, de la vanguardia, de los progresos, de la tecnología
y de construir en definitiva una España de la que todos nos sintamos
orgullosos y participes.
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